El v. consiste en una dilatación de los vasos venosos del plexo pampiniforme por insuficiencia valvular, provocando un aumento de la temperatura local, estasia venosa y daño testicular que puede terminar en una infertilidad. La gran mayoría se produce en el lado izquierdo porque la vena espermética llega en ángulo de 90 grados a la vena renal produciendo un aumento de la presión hidrostática. Se presenta en los niños a partir de los 8 años siendo más frecuente alrededor de los 12 a 14 años. Habitualmente son asintomáticos y se pesquiza en un examen médico de rutina. La conducta en el v. del adolescente es controversial, no existe consenso unánime respecto del seguimiento ni de las indicaciones quirúrgicas. El problema radica en determinar en qué momento y circunstancias, sería beneficiosa la operación de manera de evitar el daño a futuro. Uno de los principales factores a considerar es el tamaño testicular al momento de la primera consulta y la evolución que tiene en el tiempo, si el testículo va disminuyendo de tamaño, quiere decir que el v. está provocando un daño . Otro factor sería la detección de reflujo venoso en una eco doppler ya que es un signo de mal pronóstico. Las indicaciones quirúrgicas más aceptadas son la presencia de sintomatología, disminución del tamaño testicular, reflujo espontáneo, v. bilateral, testículo único y una alteración del espermiograma.La operación consiste en la ligadura de las venas espermáticas, respetando los vasos linfáticos para evitar la formación de un hidrocele post-operatorio. Un 10% de los pacientes presentan recidiva y deben ser reoperados, en un plazo de un año.
Dr. Felipe Castro S.
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jueves, 4 de junio de 2009
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